Guerra de Independencia y Trienio Liberal
El levantamiento del 2 de mayo de 1808 marca el inicio de la Guerra de Independencia. Ante el vacío de poder, surgen juntas locales que se organizan en juntas provinciales y finalmente en la Junta Central Suprema. Esta situación lleva a la convocatoria de las Cortes de Cádiz y la creación de la Constitución de 1812.
Tras la guerra, Fernando VII regresa en 1814 y establece el Sexenio Absolutista, aboliendo toda la obra liberal. La represión y los problemas económicos provocan numerosos pronunciamientos militares. El más exitoso es el del coronel Riego en 1820, que da inicio al Trienio Liberal.
Durante el Trienio Liberal (1820-1823), España vive un período de reformas profundas: amnistía para los perseguidos, abolición del absolutismo y modernización del país. Sin embargo, la división entre liberales moderados y exaltados debilita el régimen.
La Santa Alianza interviene en 1823 para restaurar el absolutismo, comenzando la Década Ominosa. Los problemas sucesorios entre Isabel II y Carlos María Isidro desembocan en las Guerras Carlistas, enfrentando a liberales (cristinos) contra absolutistas (carlistas).
¡Recuerda! Este período establece las bases del liberalismo español: constitucionalismo, desamortizaciones y la lucha entre tradición y modernidad que marcará todo el siglo XIX.