Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
¿Te imaginas crear las leyes de un país mientras está en guerra? Eso fue exactamente lo que hicieron los liberales españoles durante la Guerra de la Independencia, aprovechando la ausencia del rey para modernizar España de una vez por todas.
Las Cortes de Cádiz rompieron con siglos de tradición. Por primera vez, los diputados no se organizaron por estamentos (nobleza, clero y pueblo por separado), sino que formaron una asamblea única donde cada voto valía igual. Podían votar hombres mayores de 25 años, abogados, funcionarios y militares, aunque curiosamente no había ni un solo representante de las clases populares.
Estas Cortes establecieron principios revolucionarios: la soberanía nacional residía en ellas (no en el rey), aplicaron la división de poderes y se propusieron crear una constitución. Era toda una revolución liberal burguesa basada en tres pilares: libertad económica, igualdad jurídica y un sistema político parlamentario.
El resultado más importante fue la Constitución de 1812, aprobada el 19 de marzo (día de San José), por lo que se la conoce como "La Pepa". Esta constitución establecía una monarquía limitada con división de poderes, garantizaba derechos fundamentales como la igualdad ante la ley, y curiosamente, mantenía el catolicismo como religión oficial única.
Dato curioso: La Constitución de 1812 se considera el modelo del primer constitucionalismo occidental y se convirtió en la referencia permanente del liberalismo español posterior.