El Gobierno Largo de O'Donnell y la Crisis Final
Tras el fracaso del Bienni, O'Donnell desmontó las reformas progresistas pero mantuvo algunas leyes importantes. La vuelta de Narváez supuso el retorno al moderantismo conservador: recuperación de la Constitución de 1845, suspensión de la desamortización y vuelta al espíritu del Concordato de 1851.
Sin embargo, una crisis de subsistencia provocó la dimisión de Narváez y el regreso de O'Donnell, iniciando el "Govern Llarg" (1856-1863). Este período se caracterizó por la estabilidad política basada en manipulación electoral, crecimiento económico, reformismo administrativo y una política exterior de prestigio con intervenciones militares en África, México y Perú.
El final del reinado (1863-1868) estuvo marcado por la inestabilidad política: gobiernos ineficaces sin alternancia de partidos, fuerte división interna, y constante injerencia de la reina en el gobierno. Varios acontecimientos precipitaron la crisis final.
La crisis económica de 1866 afectó todos los sectores productivos y financieros, especialmente la construcción de ferrocarriles. El desprestigio de Isabel II por su vida privada polémica, la "Nit de Sant Daniel", el pronunciamiento fracasado del general Prim (1866) y la represión del pronunciamiento de San Gil crearon un clima insostenible.
El Pacto de Ostende (1866) unió a demócratas, progresistas y después unionistas para destituir a Isabel II. El 18 de septiembre de 1868, el almirante Topete se sublevó en Cádiz con el manifiesto "Viva España con honra", iniciando "La Gloriosa".
🔥 El final: La revolución de 1868 no solo derribó a Isabel II, sino que puso fin definitivo al sistema político moderado que había dominado España durante 25 años.