Los Borbones: Renovación y Reformas
La Guerra de Sucesión (1700-1713) enfrentó a dos candidatos: Felipe de Anjou (Borbón) y Carlos de Austria (Habsburgo). Europa se dividió por el equilibrio de poder. Felipe V ganó, pero el Tratado de Utrecht (1713) le costó caro: España perdió Gibraltar, Nápoles y Sicilia, convirtiéndose en potencia de segundo orden.
Los Borbones trajeron el modelo francés: centralización, despotismo ilustrado y reformas. Los Decretos de Nueva Planta abolieron los fueros de Aragón y Cataluña por haber apoyado al archiduque Carlos. Se crearon las Secretarías de Estado y España se dividió en provincias.
Carlos III (1759-1788) representa el despotismo ilustrado en su máxima expresión: "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Sus ministros (Esquilache, Aranda, Floridablanca) impulsaron reformas económicas y sociales, aunque la oposición de los privilegiados limitó su alcance.
¡Revolución americana! España apoyó a Estados Unidos contra Inglaterra, recuperando Menorca y Florida, pero el coste económico fue brutal.
En América, las reformas borbónicas crearon nuevos virreinatos y capitanías generales, liberalizaron el comercio con los Decretos de libre comercio (1765) y reforzaron las defensas. El resultado fue un período de prosperidad colonial que paradójicamente preparó el camino hacia la independencia.
La sociedad del XVIII seguía siendo estamental, pero la burguesía ganó importancia gracias al comercio. La economía mejoró con nuevos cultivos (maíz, patata) y manufacturas, aunque la propiedad de la tierra siguió concentrada. La cultura vivió una ilustración moderada con figuras como Jovellanos, mientras el neoclasicismo y Goya renovaron el arte español.