Dos Modelos Políticos: Autoritarismo vs Pactismo
Aquí viene lo realmente interesante: Castilla y Aragón desarrollaron sistemas políticos completamente opuestos que marcarían el futuro de España. Es como si fueran dos experimentos políticos medievales funcionando al mismo tiempo.
Castilla apostó por el autoritarismo. Tras unir definitivamente Castilla y León en 1230, los reyes castellanos se lanzaron a centralizar todo el poder. Alfonso X creó el Código de las Siete Partidas, basado en el derecho romano, que básicamente decía que el rey tenía poder divino. Las Cortes castellanas existían, pero solo para consultar y aprobar impuestos - nada de limitar al rey.
La estructura castellana era eficiente: Consejo Real de juristas, Audiencia como tribunal supremo, y en los municipios, regimientos vitalicios nombrados directamente por el rey. Todo controlado desde arriba, nada de democracia medieval.
Aragón eligió el pactismo, y fue todo lo contrario. Después del Privilegio General de 1283, las Cortes aragonesas conseguían poder legislativo real. El rey no podía hacer nada sin negociar con nobles y representantes de cada territorio. Cada reino mantenía sus propias leyes: Fueros en Aragón, Usatges en Cataluña, Furs en Valencia.
Clave para el examen: Castilla = centralización y autoritarismo; Aragón = confederación y pactismo. Esta diferencia será fundamental para entender la España moderna.
La guerra civil catalana (que terminó con la Capitulación de Pedralbes en 1472) fue el ejemplo perfecto de cómo el sistema pactista podía generar conflictos brutales cuando las tensiones se acumulaban demasiado.