Prehistoria en la Península: Del Paleolítico al Arte Rupestre
Imagínate vivir en una época donde tu supervivencia dependía completamente de lo que pudieras cazar o recolectar. Atapuerca se ha convertido en el yacimiento más importante de España, mostrándonos la evolución humana a lo largo de miles de años.
Durante el Paleolítico, nuestros antepasados llevaban una vida nómada con una economía depredadora - básicamente, cazaban y recolectaban para sobrevivir. Las sociedades eran igualitarias y usaban herramientas de piedra. Todo cambió en el Neolítico, cuando descubrieron la agricultura y se volvieron sedentarios, creando sociedades más complejas.
El arte rupestre nos dejó dos estilos fascinantes: el Cantábrico (como las famosas pinturas de Altamira) con representaciones naturalistas de animales, y el Levantino (Cogull, Valltorta) más esquemático y dinámico, que cuenta historias de la vida cotidiana.
Dato curioso: Las pinturas de Altamira fueron tan realistas que cuando se descubrieron, muchos expertos pensaron que eran falsas porque no podían creer que los humanos prehistóricos fueran tan hábiles artísticamente.