Unificación Alemana
El territorio alemán estaba dividido en 39 estados agrupados en la Confederación Germánica, presidida por Austria desde el Congreso de Viena. Sin embargo, Prusia se había convertido en el estado más poderoso y el verdadero motor de la unificación.
En 1834, Prusia organizó el Zollverein, una unión aduanera que eliminaba las barreras comerciales entre los estados alemanes (excepto Austria). Esta integración económica preparó el camino para la unidad política posterior.
A partir de 1862, el rey Guillermo I de Prusia y su primer ministro Bismarck aceleraron la unificación mediante la fuerza militar. Bismarck aplicó la famosa política de "hierro y sangre" a través de tres guerras estratégicas.
Primero, la guerra de los ducados daneses permitió a Prusia anexionarse estos territorios. Después, la guerra contra Austria culminó en la batalla de Sadowa (1866), creando la Confederación de Alemania del Norte bajo dominio prusiano. Finalmente, la guerra franco-prusiana (1870-1871) terminó con la derrota de Napoleón III en Sedán y la cesión de Alsacia y Lorena.
En 1871 se proclamó el Segundo Imperio Alemán en el palacio de Versalles, con Guillermo I como emperador. Alemania se convirtió en una de las principales potencias europeas hasta la Primera Guerra Mundial.
💡 Clave del éxito: Bismarck combinó inteligentemente la diplomacia, la guerra y la integración económica para lograr la unificación.