La Asamblea Legislativa y sus desafíos
Después de las elecciones de 1791, Francia se enfrentó a una crisis política sin precedentes. La nueva Asamblea Legislativa tuvo que lidiar con la resistencia feroz de la nobleza y el clero, que no querían perder sus privilegios centenarios.
La situación se complicó cuando las monarquías europeas vieron en la Revolución Francesa una amenaza directa a su propio poder. Austria declaró la guerra en abril de 1792, y cuando las tropas francesas fueron derrotadas y Prusia invadió Francia, el pánico se apoderó del país.
Los grupos revolucionarios radicales, especialmente los jacobinos apoyados por los sans-culottes (el pueblo trabajador de París), consideraban que las reformas eran demasiado lentas y suaves. En agosto de 1792, el pueblo parisino, furioso por las derrotas militares que culpaba al rey Luis XVI, asaltó el palacio de las Tullerías y consiguió que la Asamblea destituyera al monarca.
Dato clave: El asalto al palacio de las Tullerías marcó el punto de no retorno hacia la radicalización de la revolución.