El final del Antiguo Régimen
La Revolución Francesa de 1789 fue el gran terremoto que destruyó todo este sistema. No fue solo un cambio político, sino una transformación total de la sociedad europea que aún sentimos hoy.
Las consecuencias fueron revolucionarias en el sentido más literal. Primero, se abolió completamente el Antiguo Régimen: adiós a la monarquía absoluta, a los privilegios del clero y la nobleza, y a la desigualdad legal. Los ciudadanos se convirtieron en iguales ante la ley por primera vez en siglos.
Segundo, las ideas ilustradas se extendieron como la pólvora por todo el mundo. Conceptos como libertad, igualdad y soberanía popular inspiraron revoluciones en América, España y el resto de Europa durante el siglo XIX.
Por último, nació el estado liberal moderno, basado en constituciones, división de poderes y derechos ciudadanos. Este nuevo modelo político se convirtió en la base de las democracias actuales que conoces.
💡 Conexión actual: Muchos derechos que das por naturales (votar, expresarte libremente, ser igual ante la ley) nacieron precisamente de la destrucción de este sistema.