Propiedades Textuales Fundamentales
¿Alguna vez has leído algo que no tenía ni pies ni cabeza? Eso pasa cuando un texto no cumple con las propiedades textuales básicas: adecuación, coherencia y cohesión.
La adecuación es saber adaptar tu forma de hablar o escribir a la situación. No le hablas igual a tu colega que a tu profesor, ¿verdad? Un texto inadecuado sería pedirle a tu madre que "traslade el cloruro sódico" cuando simplemente quieres que te pase la sal en la cena.
La coherencia hace que todo el texto tenga sentido como un conjunto. Sin coherencia, tendrías frases sueltas que no se relacionan entre sí, como hablar de un niño viendo la tele y terminar hablando de un examen de latín sin conexión alguna.
Recuerda: Un texto es cualquier unidad lingüística (oral o escrita) que transmite un mensaje completo, sin importar si es largo o corto.
La cohesión es lo que conecta físicamente las partes del texto usando palabras y expresiones específicas. Es como el pegamento que une todas las ideas para que fluyan de forma natural.
Mecanismos de Cohesión
Los textos se mantienen unidos gracias a varios trucos lingüísticos que probablemente ya usas sin darte cuenta.
La referencia te permite evitar repetir constantemente las mismas palabras. Incluye la anáfora (cuando te refieres a algo mencionado antes: "Laura llegó tarde, ella siempre lo hace") y la catáfora (cuando te refieres a algo que mencionarás después).
La sustitución léxica-semántica te da alternativas para no repetir términos: puedes usar sinónimos, hiperónimos (palabras más generales) o hipónimos (palabras más específicas). En lugar de repetir "coche" mil veces, puedes decir "vehículo" o "automóvil".
Truco: Los conectores son tus mejores aliados para unir ideas. Desde "además" y "sin embargo" hasta "en conclusión", cada uno tiene su función específica.
Los conectores funcionan como señales de tráfico en tu texto: indican si vas a añadir información, contradecir algo o sacar una conclusión. Dominarlos te hará sonar mucho más profesional en tus escritos.