La épica y el Mester de Clerecía
Los cantares de gesta, primeras manifestaciones del mester de juglaría, relatan hazañas heroicas con carácter nacional e informativo. Se caracterizan por versos de 10-12 sílabas agrupados en tiradas monorrimas, y un estilo con arcaísmos, epítetos, repeticiones y dualidades que facilitaban su transmisión oral.
El Poema del Mío Cid, obra cumbre de la épica castellana, narra el proceso de engrandecimiento del héroe desde el destierro hasta la recuperación de su honra. Dividido en tres partes (Cantar del destierro, Cantar de las bodas y Cantar de la afrenta de Corpes), destaca por su realismo histórico, unidad temática y caracterización de personajes.
💡 El Poema del Mío Cid combina elementos históricos verificables con creación literaria, lo que ha permitido a los historiadores reconstruir aspectos de la sociedad medieval castellana del siglo XI.
El mester de clerecía se distingue por usar la cuaderna vía (estrofas de cuatro versos alejandrinos con rima consonante). Sus temas evolucionaron del siglo XIII al XIV, pasando de lo religioso a lo satírico y realista.
En el primer periodo (siglo XIII) destaca Gonzalo de Berceo con obras hagiográficas, mariológicas y litúrgicas. Su obra más importante, "Milagros de Nuestra Señora", incluye 25 relatos sobre intervenciones milagrosas de la Virgen.
Del segundo periodo (siglo XIV) sobresale el Arcipreste de Hita con su "Libro de buen amor", que alterna aventuras amorosas, episodios alegóricos, fábulas y composiciones líricas. Esta obra compleja presenta una visión realista y satírica de la sociedad, con un posible propósito moralizador.