La poesía desde el modernismo a las vanguardias
El modernismo fue el movimiento que revolucionó la poesía española entre 1888 y 1916. Surgió en Hispanoamérica y llegó a España cargado de novedades formales y temáticas que rompían con lo tradicional.
Este movimiento mezcló influencias románticas (rebeldía, evasión) con corrientes francesas como el parnasianismo y el simbolismo. Los poetas modernistas buscaban la perfección formal y el uso de símbolos para crear correspondencias entre sensaciones.
Las características principales incluyen el individualismo, el cosmopolitismo, la evasión hacia lugares exóticos, el gusto por lo lujoso y aristocrático, y una riqueza métrica impresionante. Usaban desde versos tradicionales hasta el verso libre, experimentando constantemente.
¡Ojo al dato! El modernismo no solo cambió la forma de escribir poesía, sino que también introdujo una mayor variedad de vocabulario y metros poéticos.
Rubén Darío, el poeta nicaragüense, fue la figura más importante. Sus obras evolucionaron desde un estilo más sensorial ("Azul..." y "Prosas profanas") hasta uno más profundo y angustiado ("Cantos de vida y esperanza").
Antonio Machado (1875-1939) convirtió el tiempo en el tema central de su poesía, definiéndola como "diálogo de un hombre con su tiempo". Usaba símbolos como la tarde, el reloj o el agua para expresar el paso del tiempo, mientras que las galerías representaban sus pensamientos.
Sus obras principales van desde "Soledades" (modernismo intimista) hasta "Campos de Castilla" (preocupación social y paisajística), donde destacan los poemas a su esposa Leonor y los "Proverbios y cantares".
Juan Ramón Jiménez (1881-1958), premio Nobel en 1956, dividió su obra en tres etapas: sensitiva (juventud modernista), intelectual (poesía más compleja) y "verdadera" (búsqueda de trascendencia tras su exilio).