Tipos de Roquedos en España
¿Alguna vez te has preguntado por qué los paisajes españoles son tan variados? La respuesta está en los diferentes tipos de roquedos que componen nuestro territorio.
El roquedo silíceo domina el oeste peninsular, extendiéndose por la Cordillera Cantábrica occidental, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena. También aparece en la zona axial de los Pirineos. Está compuesto principalmente por granito, pizarra, cuarcita y gneis, rocas muy duras que no se pliegan sino que se rompen ante las presiones. En zonas montañosas forman galayos y canchales, mientras que en áreas menos elevadas crean domos, berrocales y caos graníticos por la erosión del agua y hielo.
El roquedo calizo forma una característica Z invertida que atraviesa los Prepirineos, Montes Vascos, parte oriental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, Cordillera Costero-Catalana y Cordillera Subbética. Su roca predominante es la caliza, que tiende a fracturarse formando diaclasas y se disuelve con el agua. Esto genera el espectacular relieve cárstico con formas como lapiaces, gargantas, poljés, dolinas, cuevas y simas.
El roquedo arcilloso se localiza en las depresiones de ambas submesetas, Guadalquivir, Ebro y llanuras costeras mediterráneas. Formado por materiales sedimentarios poco resistentes como arcilla, marga y yesos, crea un relieve tabular horizontal y llano. Presenta dos formas principales: campiñas (llanuras suavemente onduladas creadas por ríos) y cárcavas (formaciones erosivas que crean badlands).
💡 ¿Sabías que...? El relieve volcánico español no solo está en Canarias (con volcanes activos en El Hierro y La Palma), sino también en zonas peninsulares como Gerona, Almería y Ciudad Real. En estos lugares predomina el basalto, la pumita y la obsidiana, formando conos volcánicos, mesas de lava, calderas y pitones.