El Período Napoleónico y las Revoluciones del Siglo XIX
Napoleón Bonaparte llegó al poder tras un golpe de Estado que estableció el Consulado. Una vez emperador, transformó Francia desde dentro: reformó la economía, creó los liceos, estableció el famoso Código Civil Napoleónico y reorganizó todo el territorio francés. Aunque decía expandir la Revolución liberal por Europa, en realidad se dedicó más a dominar y saquear territorios.
Su imperio se desplomó tras la desastrosa invasión a Rusia. Después de su primera abdicación y exilio en Elba, regresó durante los Cien Días, pero su derrota final en Waterloo lo mandó definitivamente a Santa Elena, donde murió en 1821.
Las ideas revolucionarias siguieron expandiéndose por Europa. En 1820, Portugal y España intentaron sus propias revoluciones liberales, mientras Grecia luchaba contra el Imperio Otomano por su independencia. Las Revoluciones de 1830 sacudieron Europa: Bélgica se independizó de Holanda, y en Francia, Carlos X fue derrocado, siendo reemplazado por Luis Felipe de Orleans.
La Revolución de 1848 en Francia, impulsada por ideales democráticos, instauró la Segunda República cuando Luis Felipe tuvo que abandonar el país. Estos movimientos demostraron que las ideas de libertad y democracia ya no se podían parar.
💡 Dato clave: El Código Napoleónico influyó en los sistemas legales de muchos países y se sigue usando como base en varias legislaciones actuales.