El ascenso al poder de Napoleón (1795-1804)
Imagínate ser tan brillante en tu trabajo que acabes dirigiendo todo un país. Eso es exactamente lo que le pasó a Napoleón Bonaparte, un joven general que aprovechó el caos político francés tras la Revolución.
En 1799, cuando Francia estaba gobernada por un directorio de cinco miembros, Napoleón dio un golpe de estado y se convirtió en primer cónsul. No perdió el tiempo: pacificó el país eliminando a sus enemigos y permitió que regresara la nobleza exiliada.
Una de sus jugadas más inteligentes fue firmar el Concordato con la Santa Sede en 1801. La Iglesia católica recuperó su importancia, pero a cambio no reclamó las tierras que había perdido durante la Revolución. También hizo las paces con Rusia, Austria e Inglaterra.
Sus reformas internas fueron revolucionarias: creó el Código Civil de 1804 que garantizaba la igualdad ante la ley, estableció el franco como moneda única, reformó la educación pública y creó el Banco de Francia. Básicamente, modernizó Francia de arriba abajo.
💡 Dato curioso: El Código Civil de Napoleón sigue siendo la base del sistema legal en muchos países hoy en día.