La Guerra de Sucesión: El Cambio de Dinastía
La Guerra de Sucesión (1701-1713) fue a la vez una guerra civil española y una guerra europea. Felipe V (Felipe de Anjou) representaba el modelo centralista francés apoyado por Castilla, mientras que el Archiduque Carlos representaba el modelo foralista apoyado por la Corona de Aragón.
Inglaterra y Holanda apoyaron al archiduque porque tenían pánico de que Francia y España se unieran bajo un mismo rey. Pero cuando el archiduque heredó el Imperio alemán en 1711, estos mismos países se asustaron de que fuera demasiado poderoso.
Las victorias borbónicas en Almansa, Brihuega y Villaviciosa dieron el triunfo a Felipe V. La guerra terminó con el Tratado de Utrecht (1713), que fue un desastre para España: perdimos los Países Bajos españoles, Milán, Nápoles y Cerdeña (que fueron a Austria), Sicilia (que fue a Saboya), y Gibraltar y Menorca (que fueron a Inglaterra).
Como consecuencia, Felipe V impuso los Decretos de Nueva Planta que abolieron los fueros de Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca. España se centralizaba definitivamente, pero a cambio había perdido su imperio europeo.
El dato: Inglaterra obtuvo también el "asiento de negros" (permiso para comerciar con esclavos) y el "navío de permiso" (comercio limitado con las Indias).