El Antiguo Régimen: Cuando todo parecía eterno
El Antiguo Régimen era básicamente el sistema que había funcionado durante siglos: reyes con poder absoluto, nobles que no pagaban impuestos, y campesinos que se partían el lomo trabajando. Pero en el siglo XVIII, las cosas empezaron a moverse.
La población creció un montón gracias a nuevos cultivos como la patata (¡sí, antes la gente no sabía que existía!) y mejores técnicas médicas. Con más gente, había más demanda de productos, lo que hizo que la economía creciera. El comercio triangular conectaba Europa, África y América: barcos cargados de esclavos, azúcar, algodón... un negocio brutal pero muy rentable.
Dato curioso: La patata salvó a Europa del hambre, pero tardó décadas en ser aceptada porque la gente pensaba que era venenosa.
Mientras tanto, la sociedad estamental seguía dividiendo a la gente en tres grupos: el clero (los religiosos), la nobleza (los ricos de nacimiento) y el tercer estado (básicamente, todos los demás). Los dos primeros tenían privilegios y no pagaban impuestos. El tercero, que era el 90% de la población, se lo pagaba todo. ¿Te parece justo? A ellos tampoco.