La Monarquía Absoluta
El poder político estaba completamente concentrado en el rey, que gobernaba por derecho divino. Esto significaba que creían que Dios mismo había elegido al monarca para gobernar.
Luis XIV de Francia, conocido como el "Rey Sol", era el ejemplo perfecto de esta monarquía absoluta. El rey controlaba absolutamente todo: hacía las leyes, nombraba ministres, dirigía la justicia, comandaba el ejército y manejaba la política exterior.
Técnicamente, solo la ley divina y las leyes fundamentales del reino limitaban su poder, pero en la práctica, el rey podía hacer casi cualquier cosa que quisiera.
💡 Contraste actual: Hoy en día, en España el poder está separado entre diferentes instituciones y el rey tiene un papel principalmente simbólico.