El contexto lo es todo: cuándo, dónde y para quién
Una vez que sabes qué tipo de texto tienes, toca situarlo en el tiempo y el espacio. La fecha exacta o aproximada te ayuda a conectar el documento con los acontecimientos históricos del momento.
El lugar donde se escribió también importa muchísimo. Un texto escrito en París durante la Revolución Francesa tendrá un tono muy diferente al escrito en una zona rural tranquila. El destinatario (¿para quién se escribió?) te da pistas sobre el propósito real del documento.
Después viene lo más importante: identificar las ideas principales y secundarias. No te líes con todos los detalles; céntrate en el mensaje central que el autor quería transmitir.
Finalmente, siempre conecta el texto con su contexto histórico: las causas que llevaron a escribirlo y las consecuencias que tuvo. Así entenderás por qué ese documento era importante en su época.
💡 Consejo: Lee el texto varias veces. La primera para entender de qué va, la segunda para captar los detalles importantes.