La sociedad y cultura bizantina
El Imperio Bizantino era como una mezcla perfecta entre lo romano y lo griego. El basileus (emperador) tenía poder absoluto y controlaba tanto el ejército como la religión. La sociedad estaba claramente dividida entre libres (nobles, clero, artesanos) y no libres (siervos y esclavos).
Las ciudades bizantinas eran centros económicos super importantes, llenos de talleres y mercados. Constantinopla era considerada el centro cultural del Mediterráneo, donde se hablaba griego y se conservaban las tradiciones clásicas.
El arte bizantino te habría dejado con la boca abierta: iglesias suntuosas con planta de cruz griega, mosaicos increíbles e iconos religiosos. La famosa Santa Sofía de Constantinopla era una auténtica maravilla arquitectónica.
La religión también marcó diferencias importantes. En 1054 se produjo el Cisma de Oriente, que separó definitivamente la Iglesia Ortodoxa de la Católica. Además, hubo períodos donde se prohibió el culto a las imágenes, lo que generó muchos conflictos.
💡 Importante: Bizancio fue el puente cultural entre el mundo antiguo y medieval, conservando el legado greco-romano.