El Estado moderno y las transformaciones socioeconómicas
Con la Edad Moderna surgió el Estado moderno, donde las monarquías medievales se convirtieron en monarquías autoritarias. Los reyes aumentaron su poder mediante la unificación territorial, la creación de una burocracia eficiente y el establecimiento de ejércitos permanentes a su servicio.
Estos nuevos estados contaban con una Hacienda que recaudaba impuestos, un sistema judicial controlado por el rey y una diplomacia que gestionaba las relaciones exteriores. Todo esto permitía a los monarcas ejercer un control mucho mayor sobre sus territorios.
La economía experimentó una notable recuperación tras la crisis del siglo XIV. La agricultura seguía siendo fundamental, pero el comercio se desarrolló enormemente gracias a los nuevos descubrimientos y al capitalismo comercial. La burguesía aprovechó estas oportunidades para enriquecerse y ganar influencia.
💡 Mientras que en Europa occidental los campesinos se liberaban de la servidumbre, en Europa oriental ocurría lo contrario, reforzándose su dependencia de los señores.
La Reforma protestante, iniciada por Martín Lutero a principios del siglo XVI, dividió a la cristiandad. El luteranismo, basado en la salvación por la fe y la libre interpretación de la Biblia, rechazaba la autoridad del Papa. Por su parte, el calvinismo creía en la predestinación, mientras que el anglicanismo surgió cuando Enrique VIII creó su propia iglesia en Inglaterra.
La Iglesia Católica respondió con la Contrarreforma, que a través del Concilio de Trento y la Compañía de Jesús (fundada por San Ignacio de Loyola), buscó reafirmar la doctrina católica frente al avance protestante.