El Romanticismo Español: Un Caso Especial
España vivió el Romanticismo de forma única y algo tardía durante el siglo XIX. Curiosamente, muchos pensaban que España ya era romántica por naturaleza antes de que llegara oficialmente el movimiento - el Barroco ya había roto reglas y Don Quijote era el personaje romántico perfecto.
El movimiento se dividió en dos bandos: los románticos liberales (como Larra y Espronceda) y los conservadores (como Rivas y Zorrilla). Esta división refleja lo heterogéneo que fue el Romanticismo español, adaptándose a diferentes ideologías políticas.
El contexto histórico fue clave: muchos escritores se habían exiliado durante la persecución de Fernando VII y volvieron en 1833 con las nuevas ideas europeas. Los cambios económicos (revolución industrial) y sociales también alimentaron este movimiento artístico.
Los artistas románticos creían poseer un don sobrenatural y veían el arte como una forma de conocimiento superior. España, con sus paisajes agrestes, ruinas y monasterios, se convirtió en el escenario perfecto para esta estética que buscaba lo auténtico y genuino.
Recuerda: "El sueño de la razón produce monstruos" de Goya (1799) resume perfectamente el espíritu romántico español.