Los filósofos presocráticos marcaron el inicio del pensamiento racional en la antigua Grecia, estableciendo las bases fundamentales de la filosofía occidental.
La transición del mito al logos en la antigua Grecia representó un cambio revolucionario en la forma de entender el mundo. Los primeros filósofos comenzaron a buscar explicaciones naturales para los fenómenos, alejándose de las interpretaciones mitológicas tradicionales. Entre los factores que facilitaron el surgimiento de la filosofía presocrática destacan el desarrollo del comercio marítimo, el nacimiento de la democracia en las polis griegas y el contacto cultural con otras civilizaciones del Mediterráneo. Estos pensadores pioneros establecieron preguntas fundamentales sobre el origen y la naturaleza del universo, la composición de la materia y el papel del ser humano en el cosmos.
La influencia de los presocráticos en la filosofía moderna es profunda y duradera. Sus teorías sobre los elementos fundamentales de la naturaleza sentaron las bases del pensamiento científico actual. Tales de Mileto propuso el agua como principio fundamental, Anaximandro introdujo el concepto de lo indefinido (ápeiron), y Heráclito desarrolló la teoría del cambio constante. Estos planteamientos influyeron en el desarrollo posterior de la física, la química y otras ciencias naturales. Además, su método de cuestionamiento sistemático y búsqueda de explicaciones racionales estableció el fundamento del método científico moderno. Los presocráticos también fueron pioneros en desarrollar conceptos abstractos como el ser, el devenir y la unidad en la multiplicidad, ideas que siguen siendo relevantes en la filosofía contemporánea y han influido en corrientes de pensamiento como el materialismo, el racionalismo y la dialéctica.