Eléatas y pluralistas
Parménides distinguió entre sentidos (vía de la opinión, engañosa) y razón (vía de la verdad). Su lógica: "el ser es y no puede no ser; el no-ser no es y no puede ser". Por tanto, cambio y movimiento son ilusiones - el Ser es único, eterno e inmutable.
Zenón de Elea demostró esto con paradojas famosas como la de Aquiles y la tortuga - matemáticamente, Aquiles nunca alcanzaría a la tortuga si esta lleva ventaja, porque siempre quedaría una distancia infinitesimal.
Los pluralistas rechazaron el monismo tras Parménides. Anaxágoras propuso infinitas homeomerías (semillas de todo) organizadas por el nous (mente universal) - la primera explicación finalista (todo tiene un propósito).
Empédocles estableció los cuatro elementos (fuego, agua, aire, tierra) combinados por dos fuerzas: amor (une) y discordia (separa). Esta teoría dominó el pensamiento durante siglos.
Los atomistas (Leucipo y Demócrito) propusieron que todo está hecho de átomos - partículas indivisibles que se combinan por choques al azar. Son materialistas (todo es materia) y mecanicistas (sin propósito divino).
Clave histórica: Los pluralistas introdujeron fuerzas motrices para explicar cómo se combinan los principios - sin ellas, no habría movimiento ni cambio.