Las ondas mecánicas y electromagnéticas son fundamentales para entender cómo se transmite la energía en nuestro mundo. Estas ondas se caracterizan por tener propiedades específicas que determinan su comportamiento y forma de propagación.
Las magnitudes características de las ondas incluyen la amplitud, que determina la altura máxima de la onda desde su punto de equilibrio; la longitud de onda, que es la distancia entre dos puntos consecutivos que oscilan en fase; el período, que representa el tiempo que tarda la onda en completar una oscilación completa; y la frecuencia, que indica el número de oscilaciones por segundo. Estas propiedades son esenciales para comprender cómo las ondas transportan energía a través de diferentes medios. En el caso de las ondas mecánicas, necesitan un medio material para propagarse, como el aire en el caso del sonido o el agua en las olas del mar. Por otro lado, las ondas electromagnéticas pueden viajar incluso en el vacío, como la luz solar que llega a la Tierra.
La periodicidad de las ondas armónicas transversales es una característica fundamental que describe cómo estas ondas se repiten en intervalos regulares de tiempo y espacio. En las ondas transversales, la perturbación es perpendicular a la dirección de propagación, como ocurre en una cuerda de guitarra cuando vibra. Esta periodicidad permite predecir el comportamiento de la onda y calcular importantes magnitudes como la velocidad de propagación, que depende tanto de la frecuencia como de la longitud de onda. Además, las ondas pueden experimentar fenómenos como la reflexión, refracción, difracción e interferencia cuando interactúan con diferentes medios o con otras ondas, lo que explica muchos fenómenos naturales que observamos en nuestra vida cotidiana.