¿Te imaginas vivir en una época donde todo se basa en la razón en lugar de en supersticiones? Eso es exactamente lo que pasó en el siglo XVIII. Los escritores creían que salían de una época de ignorancia para entrar en una era de inteligencia y respeto por la humanidad.

La Ilustración trajo ideas revolucionarias. El racionalismo puso la razón por encima de todo, mientras que el utilitarismo valoraba a las personas según su utilidad para la sociedad. También nació el concepto de progreso: la idea de que los humanos pueden mejorar indefinidamente sus condiciones de vida.

Las ideas sociales fueron igual de impactantes. Se propuso eliminar la esclavitud y la tortura, establecer la tolerancia religiosa y extender la educación a todos. Eran conceptos súper avanzados para la época.

El Neoclasicismo literario volvió la mirada a los modelos clásicos greco-latinos. Las obras debían seguir reglas estrictas como la lógica, el equilibrio y la proporción, siempre con finalidad educativa.

💡 Dato clave: El teatro neoclásico seguía la famosa "regla de las tres unidades": tiempo (un día), lugar (un sitio) y acción (una sola trama).

El ensayo se convirtió en el género favorito de los ilustrados, y no es difícil entender por qué. Era perfecto para tratar temas útiles para la sociedad con un enfoque crítico y subjetivo que resultaba ameno para los lectores.

Fray Jerónimo Feijoo (1676-1764) fue el prototipo del verdadero ilustrado. Este monje benedictino escribió "Teatro crítico universal" y "Cartas eruditas", donde atacaba las supersticiones y defendía la razón por encima de todo. Sus temas favoritos eran la libertad, el trabajo, la paz y la educación.

José Cadalso (1741-1782) combinó brillantemente su carrera militar con la literatura. Sus obras más conocidas incluyen "Los eruditos a la violeta", "Noches lúgubres" y "Las cartas marruecas".

Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) representa lo mejor de la ilustración española. Sus informes sobre espectáculos, agricultura y educación pública marcaron un antes y un después en el pensamiento reformista.

💡 Recuerda: El ensayo triunfó porque combinaba utilidad social, estilo ameno y finalidad didáctica.

La poesía neoclásica se dividió en dos corrientes principales que debes conocer. La poesía anacreóntica, con Juan Menéndez Valdés como máximo exponente, creaba composiciones breves y festivas que exaltaban el amor y los placeres sensuales.

Por otro lado, la poesía didáctica utilizaba principalmente la fábula en verso. Autores como Félix Samaniego y Tomás Iriarte protagonizaban sus historias con animales que mostraban vicios y costumbres humanas, siempre rematadas con una moraleja educativa.

El teatro español del siglo XVIII tiene un nombre propio: Leandro Fernández de Moratín. Este madrileño revolucionó la escena teatral con su comedia neoclásica, que seguía estrictamente las reglas de las tres unidades y tenía una clara intención didáctica.

Sus obras más famosas incluyen "La comedia nueva o El café", donde se burlaba de quienes no respetaban las reglas teatrales, y especialmente "El sí de las niñas", su obra maestra sobre los matrimonios forzados.

💡 Para el examen: Las fábulas siempre tienen animales como protagonistas y terminan con una moraleja que critica algún vicio humano.

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828) no fue solo un dramaturgo, sino un verdadero revolucionario del teatro. Hijo de un poeta ilustrado, trabajó en la Biblioteca Nacional y participó activamente en la reforma teatral española antes de exiliarse a Francia por miedo a la Inquisición.

Para Moratín, el teatro tenía una doble función súper importante. Primero, combatir las comedias que transmitían valores inadecuados. Segundo, servir como altavoz para los ideales reformistas de la época.

Sus comedias neoclásicas tenían características muy definidas: aceptación de las tres unidades, uso de prosa o verso octosílabo, desenlace feliz y, sobre todo, intención didáctica para censurar vicios sociales.

"El sí de las niñas" es su obra cumbre y trata un tema que le obsesionaba: los matrimonios impuestos. En la España del XVIII era común que viejos adinerados se casaran con jóvenes, y Moratín defendía fieramente la libertad de la mujer para elegir marido.

💡 Contexto histórico: Los matrimonios entre hombres mayores ricos y mujeres jóvenes eran una práctica social muy frecuente que Moratín criticaba duramente.

A finales del siglo XVIII algo empezó a cambiar. Los artistas comenzaron a revalorizar el individualismo, la naturaleza, el instinto y, especialmente, el sentimiento por encima de la fría razón ilustrada.

El Prerromanticismo reivindicó los sentimientos como motor del arte. Su literatura abraza temas amorosos y lacrimógenos, sin despreciar las preocupaciones éticas y morales. Los ambientes otoñales y fúnebres se vuelven protagonistas, anticipando el Romanticismo que vendría después.

La poesía ética-filosófica prerromántica es fascinante. Aquellos ilustrados que defendían la libertad abandonaron la razón en favor de los sentimientos, creando una literatura súper subjetiva y sensible.

Los poetas se dirigían directamente a la naturaleza a través de sus lamentos, preguntándole sobre las grandes cuestiones humanas. Mezclaban prosa y verso, utilizando especialmente el endecasílabo y el verso suelto para expresar sus inquietudes sobre la igualdad, la ciencia y el progreso humano.

💡 Transición clave: El Prerromanticismo marca el paso de la razón ilustrada al sentimiento romántico que dominará el siglo XIX.