Funciones conativa, metalingüística y fática
La función conativa o apelativa entra en juego cuando quieres influir en tu receptor o provocar una respuesta específica. Domina cuando ordenas, pides, sugieres o preguntas algo, y también en textos argumentativos persuasivos.
Sus marcas lingüísticas incluyen enunciados interrogativos y exhortativos, modo imperativo, segunda persona, vocativos, interjecciones apelativas y perífrasis obligativas. Es la función del "¡Hazlo ya!" y "¿Podrías ayudarme?".
La función metalingüística aparece cuando hablas sobre el propio código lingüístico. Predomina en diccionarios, gramáticas y manuales de lingüística, pero también cuando corriges: "Se dice 'hice', no 'hacé'".
La función fática tiene un objetivo social: establecer, prolongar o interrumpir la comunicación, y comprobar que funciona correctamente. Se manifiesta en fórmulas de saludo, despedida y esas muletillas que usas para mantener viva la conversación.
Ejemplo cotidiano: "¿Me oyes bien?" o "¿Sabes lo que quiero decir?" son función fática pura.