La Generación del 98 representa uno de los movimientos literarios más importantes de España, surgido como respuesta a la crisis nacional tras la pérdida de las últimas colonias en 1898. Este grupo de escritores, entre los que destacan Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja y Antonio Machado, se caracterizó por su profunda preocupación por España y su deseo de regeneración nacional.
El contexto histórico de la Generación del 98 está marcado por el desastre del 98, cuando España perdió sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas). Esta situación provocó una crisis de identidad nacional que llevó a estos autores a reflexionar sobre la esencia de España, sus problemas y posibles soluciones. Las características de la Generación del 98 incluyen un estilo sobrio y preciso, el uso del castellano culto pero sin artificios, la preocupación por los paisajes castellanos como símbolo de la identidad española, y una profunda introspección filosófica. Entre las obras más representativas encontramos "Niebla" y "San Manuel Bueno, mártir" de Miguel de Unamuno, "La voluntad" de Azorín, y "Campos de Castilla" de Antonio Machado.
Es importante distinguir entre el Modernismo y Generación del 98, aunque ambos movimientos fueron contemporáneos. Mientras el Modernismo, liderado por Rubén Darío, se caracterizaba por su búsqueda de la belleza y el refinamiento estético, la Generación del 98 se centraba en la problemática social y existencial de España. Miguel de Unamuno, figura central del movimiento, destacó por su concepto del "sentimiento trágico de la vida" y su lucha entre la razón y la fe. Sus obras más importantes y su pensamiento filosófico influyeron significativamente en la literatura española del siglo XX, estableciendo las bases para movimientos posteriores como la Generación del 27.