Evidencias de la Evolución
Los científicos han encontrado múltiples pruebas de que la evolución realmente ocurre. La paleontología estudia fósiles y restos de organismos preservados, mostrando especies extintas muy diferentes a las actuales y permitiendo reconstruir líneas evolutivas.
La biogeografía analiza cómo se distribuyen las especies geográficamente. Si una especie vive en el mismo lugar, evoluciona de manera similar, pero si una población queda aislada, evoluciona de forma diferente.
La anatomía comparada distingue entre órganos homólogos (misma estructura interna, distinta función, indican evolución divergente) y órganos análogos (distintos por dentro pero similares por fuera, indican evolución convergente). La embriología muestra que cuanto más similares son los embriones, mayor es el parentesco evolutivo.
🧬 Dato clave: La bioquímica demuestra que cuanto más similar es la composición química entre especies, mayor es su parentesco.