La evolución de las jirafas: comparando teorías
El ejemplo de las jirafas es perfecto para entender las diferencias entre las teorías evolutivas. Según Lamarck, las jirafas vivían en la sabana alimentándose de hojas de árboles.
Durante las sequías, cuando escaseaban las hojas bajas, las jirafas estirarían activamente su cuello y patas para alcanzar las hojas más altas. Este esfuerzo constante provocaría el alargamiento de estas estructuras.
Estos caracteres adquiridos (cuello y patas más largos) se heredarían a la descendencia, generación tras generación, hasta conseguir las jirafas actuales.
Para Darwin, el proceso sería diferente: en una población de jirafas con variación natural, algunas nacían con cuellos ligeramente más largos. Durante las sequías, estas jirafas accedían mejor al alimento, sobrevivían más y tenían más crías.
El neodarwinismo añade que estas diferencias en la longitud del cuello se deben a mutaciones genéticas aleatorias. La selección natural favorece las mutaciones beneficiosas y elimina las perjudiciales.
💡 Recuerda: La evolución no es "querer cambiar", sino que los cambios ventajosos se mantienen y los perjudiciales desaparecen.