Modernismo y Generación del 98: Dos Caras de una Época
¿Te has preguntado alguna vez cómo reaccionaron los escritores españoles ante la crisis de finales del siglo XIX? La respuesta la encuentras en estos dos movimientos que cambiaron para siempre nuestra literatura.
El modernismo surge tras la industrialización como un movimiento internacional (1885-1915) que abarca desde la literatura hasta la arquitectura. También se le conoce como "fin de siglo" porque refleja perfectamente el espíritu de cambio de esa época. Sus características principales incluyen la influencia del simbolismo y el parnasianismo, conectándose con el Romanticismo pero adentrándose en lo pagano y lo sensual.
Los modernistas utilizan un lenguaje sugerente y musical que refleja colores, sabores y sensaciones. En la prosa y el verso aparecen cisnes, góndolas, arquetipes y princesas orientales. Practican el escapismo, huyendo de la realidad mediocre hacia la Grecia Antigua o Venecia, mientras critican el sistema capitalista.
El modernismo nace en Hispanoamérica con José Martí, pero quien lo introduce en España es Rubén Darío con obras como "Azul" (1888) y "Prosas Profanas". De él se inspiran Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Valle-Inclán.
¡Dato curioso! Los modernistas inventaron nuevas palabras y recuperaron arcaísmos para crear un lenguaje completamente renovado.
La Generación del 98 es un grupo de autores españoles nacidos entre 1860-1875. Aunque nace del modernismo, presenta características contrarias: España es su mayor preocupación, utilizan prosa fluida y natural, y se abren a la realidad española compartiendo una visión pesimista que quieren cambiar.
Los autores más destacados incluyen Azorín (quien crea el concepto de G.98), Unamuno (con "San Manuel Bueno, mártir" y "Niebla"), Pío Baroja (más de 60 obras), Valle-Inclán (creador del esperpento) y Antonio Machado (de "Soledades" a "Campos de Castilla").