El barroco teatro español alcanzó su máximo esplendor durante el Siglo de Oro, con Pedro Calderón de la Barca como uno de sus máximos exponentes. Su obra maestra La vida es sueño explora temas filosóficos profundos sobre la realidad, el libre albedrío y el destino a través del personaje de Segismundo, un príncipe encerrado desde su nacimiento debido a una profecía. La influencia de la Comedia Nueva de Lope de Vega es evidente en la estructura y estilo de la obra, aunque Calderón desarrolló su propio estilo más filosófico y complejo.
El teatro barroco se caracterizaba por su riqueza de recursos literarios, el uso de metáforas elaboradas y una estructura dramática que mezclaba lo trágico con lo cómico. Calderón perfeccionó estos elementos en sus obras, creando personajes con profundidad psicológica y conflictos morales que resonaban con el público de la época. Sus obras reflejaban las preocupaciones sociales y religiosas del período barroco, mientras exploraban conceptos universales como el honor, la fe y la libertad.
La influencia de Calderón se extendió más allá de España, inspirando a dramaturgos y filósofos europeos durante siglos. Sus técnicas dramáticas innovadoras, como el uso del monólogo para explorar la psicología de los personajes y la integración de elementos simbólicos, establecieron nuevos estándares en el teatro mundial. El legado de Calderón continúa siendo relevante en el teatro contemporáneo, donde sus obras siguen siendo representadas y estudiadas por su profundidad filosófica y su maestría dramática.