El Alto Imperio: El Poder Absoluto de los Emperadores
¿Te imaginas tener poder total sobre millones de personas? Eso es exactamente lo que conseguían los emperadores romanos durante el Alto Imperio. Estos líderes concentraban todos los poderes: legislativo, militar y religioso, dejando al Senado prácticamente sin influencia.
Todo empezó con Octavio Augusto en el 27 a.C., cuando derrotó a Marco Antonio y recibió el título de Princeps senatus. A partir de ahí, los propios emperadores elegían a sus sucesores, creando dinastías familiares que marcaron la historia.
La dinastía julio-claudia nos dejó personajes fascinantes y terribles. Tiberio fortaleció la guardia pretoriana, Calígula se volvió loco de poder cometiendo crueldades, Claudio expandió la ciudadanía romana, y Nerón incendió Roma culpando a los cristianos. Después del caótico "año de los tres emperadores", llegaron los Flavios con Vespasiano, Tito (que destruyó Jerusalén e inauguró el Coliseo) y Domiciano.
Los Antoninos representaron la época dorada del imperio. Trajano, el primer emperador hispano, conquistó la Dacia; Adriano viajó por todo el imperio; Antonino Pío destacó por su bondad; Marco Aurelio defendió las fronteras; y Cómodo, que se creía Hércules, cerró esta época con sus excesos.
¡Dato curioso! Trajano era de Hispania, lo que significa que un español llegó a gobernar todo el Imperio Romano.