La Tercera Guerra Carlista y los Conciertos Económicos
La revolución de 1868 y la inestabilidad política reavivaron el carlismo. Muchos liberales vascos, ante el vacío de poder y las amenazas centralistas, apoyaron a los carlistas como garante del orden y defensor de los fueros amenazados.
El pronunciamiento de Sagunto en 1874 estableció la monarquía de Alfonso XII, hijo de Isabel II. Aunque los alfonsinos sufrieron derrotas iniciales y el rey casi fue capturado, finalmente lograron la victoria militar en 1876, enviando a los carlistas al exilio.
Esta victoria alfonsina supuso cambios definitivos pero no la desaparición total de la autonomía vasca. Se aplicaron las leyes anteriores (1839 y 1876) que equilibraban intereses centralistas y fueristas.
El Real Decreto del 28 de febrero de 1878 creó los conciertos económicos en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Este sistema permitía un pago anual al Estado a cambio de mantener competencias en educación, ferrocarriles, carreteras y orden público.
Importante: Los conciertos económicos fueron la solución de compromiso que permitió integrar los territorios vascos en el Estado liberal sin eliminar completamente su especificidad histórica.