El Reinado de Fernando VII: Sexenio Absolutista y Trienio Liberal
El regreso de Fernando VII en 1814 supuso un choque directo con el sistema constitucional establecido en Cádiz. En lugar de aceptar la limitación de sus poderes, el monarca, apoyado por el Manifiesto de los Persas, abolió todas las reformas liberales mediante el Decreto del 4 de mayo de 1814, restaurando el absolutismo en España.
Durante el Sexenio Absolutista (1814-1820), la persecución de liberales y afrancesados se intensificó mientras el país afrontaba una grave crisis económica. La pérdida progresiva de las colonias americanas agravó la situación. Los liberales intentaron recuperar el poder mediante pronunciamientos militares, fracasando hasta que en 1820 el comandante Riego logró triunfar en Cabezas de San Juan.
El Trienio Liberal (1820-1823) representó el primer intento real de aplicar las reformas de la Constitución de 1812. Se aprobaron medidas revolucionarias como la supresión de mayorazgos, desamortizaciones de bienes eclesiásticos y reformas fiscales. Sin embargo, la división interna entre liberales doceañistas (moderados) y exaltados (radicales) debilitó el movimiento, mientras Fernando VII conspiraba secretamente con potencias extranjeras.
💡 La intervención extranjera de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, enviada por la Santa Alianza a petición secreta del propio rey, puso fin al experimento constitucional, demostrando la fragilidad de las reformas liberales frente a la alianza entre el absolutismo español y las potencias conservadoras europeas.