Roma en España y el Reino Visigodo
La romanización 218−19a.C. cambió todo. No fue solo una conquista militar, sino una aculturación completa donde los pueblos indígenas asimilaron el modo de vida romano. El proceso tuvo tres fases clave: primero derrotaron a los cartagineses, luego conquistaron la meseta central luchando contra lusitanos y numantinos, y finalmente sometieron el norte en las guerras cántabras.
Roma nos dejó un legado impresionante: el latín, el derecho romano, la religión cristiana y obras arquitectónicas como el acueducto de Segovia. La Pax Augusta convirtió a Hispania en una provincia esencial del Imperio.
Cuando llegaron los visigodos en el 409, crearon en 507 el reino de Toledo, el primer reino peninsular independiente y unificado. Su monarquía electiva funcionaba con el rey como jefe supremo, ayudado por el Officium y la Aula Regia.
La conversión de Recaredo al catolicismo en 589 unificó religiosamente el reino, pero las disputas sucesorias entre la nobleza terminaron facilitando la conquista musulmana.
Clave para el examen: Los Concilios de Toledo fueron fundamentales para la organización del reino visigodo, combinando poder político y religioso.