La crisis del Antiguo Régimen

El Antiguo Régimen era un sistema super injusto que dividía a la sociedad en grupos cerrados llamados estamentos. Los privilegiados (clero y nobleza) no pagaban impuestos y accedían a los mejores trabajos, mientras que el Tercer Estado (el 95% de la población) cargaba con todos los gastos del país.

La economía giraba completamente en torno a la agricultura, pero era súper poco productiva. Los campesinos trabajaban tierras que no eran suyas y tenían que pagar rentas a los señores y el diezmo a la Iglesia. Básicamente, trabajaban para sobrevivir.

La burguesía urbana empezó a crecer y a introducir mejoras técnicas en las ciudades. Este grupo tenía dinero e ideas, pero el sistema del Antiguo Régimen les impedía tener el poder político que creían merecer.

💡 Dato curioso: La burguesía tuvo que aliarse con las clases populares para conseguir el cambio, creando una revolución que nadie esperaba.

Los límites del absolutismo y nuevas ideas

El absolutismo concentraba todo el poder en el rey, dejando a los no privilegiados completamente desprotegidos. Pero llegaron nuevas ideas que lo cambiaron todo: la Ilustración.

Filósofos como Montesquieu, Rousseau y Voltaire defendían la razón, la libertad de pensamiento y criticaban duramente los privilegios. John Locke fue el primero en hablar del liberalismo, defendiendo que el Estado debía garantizar los derechos individuales.

Mientras tanto, Inglaterra ya había limitado el poder real con un parlamento bicameral. Tras varias revoluciones, se convirtió en la primera monarquía constitucional con poder limitado.

Estados Unidos también marcó la diferencia. Las 13 colonias se rebelaron contra los británicos por falta de representación política. En 1776 redactaron la Declaración de Independencia y en 1787 crearon la primera constitución de la historia con separación de poderes.

💡 Clave para el examen: Recuerda que tanto Inglaterra como EEUU fueron modelos que inspiraron la Revolución Francesa.

La Revolución Francesa: de la monarquía a la república

La crisis económica fue la gota que colmó el vaso. Malas cosechas, subida de precios y una burguesía harta de no tener poder político crearon la tormenta perfecta. La monarquía, arruinada, convocó los Estados Generales en 1789.

El 14 de julio de 1789 el pueblo tomó la Bastilla, símbolo del absolutismo. El Tercer Estado se constituyó en Asamblea Nacional para crear una constitución. Fue el inicio oficial de la Revolución.

Entre 1790-1792 Francia se convirtió en una monarquía constitucional. Se abolió el feudalismo y se aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. La constitución de 1791 estableció la separación de poderes y el sufragio censitario.

Pero los sectores más radicales (jacobinos y sans-culottes) querían ir más lejos. En agosto de 1792 asaltaron el palacio y detuvieron a Luis XVI, acabando definitivamente con la monarquía.

💡 Recuerda: La toma de la Bastilla es el símbolo de la Revolución Francesa y se celebra cada 14 de julio como fiesta nacional.

La república: moderación, radicalismo y terror

En septiembre de 1792 se proclamó la república. Dos grupos luchaban por el control: los girondinos (moderados) y los jacobinos (radicales liderados por Robespierre).

Los girondinos guillotinaron a Luis XVI en enero de 1793, pero no pudieron controlar la situación. Una coalición europea atacaba Francia y había revueltas internas. En junio de 1793, los jacobinos tomaron el poder.

La república jacobina (1793-1794) introdujo reformes sociales radicales y el sufragio universal masculino. Pero para mantenerse en el poder, crearon el Comité de Salvación Pública e instauraron el Terror. Miles de personas fueron guillotinadas, incluido el propio Robespierre en julio de 1794.

La burguesía moderada recuperó el control con la república conservadora (1794-1799). Crearon el Directorio, pero la situación seguía siendo inestable. Napoleón Bonaparte, que tenía éxito en las guerras, dio un golpe de estado el 9 de noviembre de 1799.

💡 Para el examen: El Terror fue una consecuencia extrema de intentar defender la revolución de enemigos internos y externos.

Napoleón Bonaparte: del consulado al imperio

Después del golpe de estado, Napoleón estableció el Consulado (1799) y se fue concentrando cada vez más poder. Se proclamó cónsul vitalicio (1802) y emperador (1804), eliminando la división de poderes y muchas libertades.

Pero también consolidó las conquistas moderadas de la revolución: la propiedad privada, la igualdad ante la ley y la supresión de privilegios. La burguesía se convirtió definitivamente en la clase social dominante.

Napoleón quería crear un gran imperio europeo e implantar las instituciones francesas para acabar con el absolutismo. Su expansión llegó hasta 1812, cuando la invasión de Rusia acabó en desastre.

En 1813 se formó una gran coalición europea que ocupó París en 1814. Napoleón fue confinado en la isla de Elba, pero regresó durante los Cien Días. Su aventura final terminó en la batalla de Waterloo (1815), siendo enviado definitivamente a la isla de Santa Elena.

💡 Reflexión: Napoleón destruyó la república pero extendió las ideas revolucionarias por toda Europa, cambiando el continente para siempre.