La diversidad biogeográfica península ibérica es uno de los aspectos más destacados del territorio español, caracterizada por una extraordinaria variedad de ecosistemas y paisajes naturales.
Las regiones biogeográficas de España se dividen principalmente en tres grandes zonas: la región eurosiberiana (ocupando la franja norte peninsular), la región mediterránea (que abarca la mayor parte del territorio) y la región macaronésica (presente en las Islas Canarias). Cada una de estas regiones presenta características únicas en cuanto a clima, vegetación y fauna, lo que contribuye a la rica biodiversidad del país.
Las características biogeografía española están determinadas por varios factores fundamentales: su posición geográfica entre Europa y África, la variedad de relieves y altitudes, la diversidad climática y la influencia de los mares que la rodean. En la región eurosiberiana encontramos bosques caducifolios y praderas, con un clima húmedo y templado. La región mediterránea se caracteriza por veranos secos y calurosos, con vegetación adaptada como encinares, alcornocales y matorrales. La región macaronésica presenta una flora única con numerosos endemismos debido a su origen volcánico y aislamiento. Esta diversidad de ambientes ha permitido el desarrollo de una extraordinaria riqueza de especies, convirtiendo a España en uno de los países con mayor biodiversidad de Europa, albergando aproximadamente el 80% de las especies de plantas vasculares europeas y más del 50% de las especies animales presentes en la Unión Europea.
La interacción histórica entre estos factores naturales y la actividad humana ha dado lugar a paisajes culturales únicos, como las dehesas, los sistemas de terrazas y los bosques mediterráneos modificados, que son ejemplos de la adaptación sostenible del ser humano a estos diversos entornos naturales.