Las costas españolas
Las costas españolas son tan variadas como el resto del país. Cada litoral tiene personalidad propia debido al tipo de relieve que llega hasta el mar y incluyen tanto la tierra emergida como la plataforma continental submarina (hasta 200 metros de profundidad).
Las costas gallegas, principalmente atlánticas, se caracterizan por las rías que hacen que costa y mar se complementen perfectamente. Esta geografía explica la tradición marinera gallega y por qué sus puertos son tan importantes.
Las costas cantábricas son rectilíneas y dominadas por acantilados con pocas playas. El constante golpeteo del mar ha creado terrazas elevadas y planas, dándole un aspecto espectacular pero a veces inaccesible.
El litoral catalán destaca por el delta del Ebro, donde el río deposita sedimentos creando nuevas tierras. La Costa Brava en Girona combina belleza natural con atractivo turístico. El golfo de Valencia se forma donde el Sistema Ibérico desciende hacia el mar, creando costas bajas y arenosas con marismas.
La costa andaluza se divide en dos partes muy diferentes. La atlántica (Huelva a Cádiz) corresponde a la salida del Guadalquivir con costas bajas, arenosas y marismas. La mediterránea (Tarifa a Almería) es más diversa, alternando acantilados y llanuras.
💡 Impacto turístico: La variedad de nuestras costas explica por qué España recibe más de 80 millones de turistas al año. ¡Tenemos playa para todos los gustos!