El relieve español: un puzzle geomorfológico fascinante
España es básicamente como un gran puzzle formado por diferentes piezas que encajan perfectamente. El elemento central es la Meseta, esa gran llanura elevada que ocupa el corazón de la península y que se inclina hacia el oeste como una mesa algo torcida.
La Meseta no es uniforme, sino que está dividida en tres zonas principales. En el oeste tienes el antiguo zócalo paleozoico con las penillanuras de Zamora-Salamanca y Extremadura, donde predomina el granito. Las sierras interiores la atraviesan como cicatrices: el Sistema Central (con la Sierra de Gredos y el pico Almanzor) la parte por la mitad, mientras que los Montes de Toledo separan las cuencas del Tajo y Guadiana.
Las cuencas sedimentarias forman las submesetas norte y sur, creando un paisaje de páramos y campiñas que seguramente has visto en películas. La submeseta norte es más alta y uniforme que la sur.
Truco para recordar: Piensa en la Meseta como una gran mesa de comedor que se ha fracturado pero sigue siendo el mueble principal de la casa España.
Rodeando esta Meseta central están los rebordes montañosos: el macizo Galaico-leonés en el noroeste, la cordillera Cantábrica con los impresionantes Picos de Europa, el Sistema Ibérico con el Moncayo, y Sierra Morena que hace de escalón hacia Andalucía.
Fuera de la Meseta encontramos las depresiones exteriores del Ebro y Guadalquivir, esas fosas triangulares que se rellenaron de sedimentos y hoy son algunas de nuestras zonas más fértiles.
Las cordilleras exteriores son las más jóvenes y espectaculares: los Pirineos con el Aneto (3.404m), los Montes Vascos, la cordillera Costero-catalana, y las cordilleras Béticas con Sierra Nevada donde está el Mulhacén (3.479m).
Por último, las islas añaden más diversidad: Baleares como fragmentos de cordilleras peninsulares, y Canarias como creaciones volcánicas únicas, coronadas por el Teide (3.718m).