El Poder Real y la Crisis del Siglo XIV
Los monarcas aprovecharon el crecimiento económico para fortalecer su poder de forma inteligente. Otorgaron fueros (documentos con derechos y privilegios) a las ciudades a cambio de su apoyo, lo que les permitió recaudar más impuestos y crear ejércitos propios.
Para gobernar mejor, crearon las Cortes o parlamentos donde se reunían rey, nobleza, clero y representantes de ciudades. Su función principal era aprobar nuevos impuestos y gastos extraordinarios, aunque solo se reunían cuando el monarca lo decidía.
Los conflictos eran constantes: disputas sucesorias cuando varios monarcas querían el mismo trono, luchas por conquistar tierras sin propietario, y enfrentamientos con nobles que no reconocían la autoridad real.
Sin embargo, el siglo XIV trajo la Crisis del siglo XIV, una época terrible marcada por tres calamidades. El hambre se extendió por tierras agotadas y falta de innovaciones. Las guerras, como la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia, elevaron los impuestos. Y la peste negra, llegada de Asia entre 1347 y 1352, se contagiaba através de pulgas de ratas y devastó Europa.
Impactante: La peste negra mató aproximadamente a un tercio de la población europea, cambiando para siempre la sociedad medieval.