La Edad Media fue una época de grandes transformaciones económicas y sociales en Europa.
La prosperidad económica en el renacer urbano medieval se manifestó principalmente entre los siglos XI y XIII, cuando las ciudades experimentaron un crecimiento sin precedentes. Este desarrollo se caracterizó por el surgimiento de nuevos oficios artesanales, la formación de gremios y el establecimiento de importantes centros comerciales. Los artesanos y comerciantes formaron una nueva clase social, la burguesía, que transformó la estructura tradicional de la sociedad feudal.
El papel de las ferias y el comercio en la expansión de las ciudades fue fundamental durante este período. Las ferias medievales, como las de Champagne en Francia, se convirtieron en puntos de encuentro donde mercaderes de toda Europa intercambiaban productos y establecían redes comerciales. Estas ferias no solo impulsaron el comercio local y regional, sino que también fomentaron el desarrollo de sistemas bancarios primitivos y el uso de letras de cambio. Sin embargo, este período de prosperidad se vio interrumpido por el impacto de las guerras y crisis agrícola en el siglo XIV. La Gran Hambruna de 1315-1317 y la posterior Peste Negra de 1348 devastaron la población europea, causando una profunda crisis demográfica y económica. Las guerras, como la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia, agravaron aún más la situación, provocando el abandono de tierras cultivables y la disminución del comercio. Esta serie de acontecimientos marcó el fin del período de expansión económica medieval y dio paso a una época de transformaciones que eventualmente llevaría al Renacimiento.