El Legado Helenístico
Tras la muerte de Alejandro, sus generales se repartieron el imperio creando los reinos helenísticos. Uno de los más famosos fue la dinastía Ptolemaica en Egipto, con capital en Alejandría, la ciudad que fundó el propio Alejandro.
Alejandría se convirtió en el centro cultural del mundo mediterráneo gracias a su famoso faro (una de las siete maravillas del mundo antiguo) y su gran biblioteca, que contenía miles de rollos de papiro con todo el conocimiento de la época.
En estos nuevos territorios se produjo algo fascinante: la mezcla entre la cultura griega y las culturas orientales. A este fenómeno lo llamamos helenismo, y su influencia llegó hasta la India y Asia Central.
Finalmente, los romanos conquistaron Grecia en el 30 a.C., convirtiéndola en una provincia más de su imperio. Sin embargo, la cultura griega siguió influyendo profundamente en Roma y, a través de ella, en toda la civilización occidental.
💡 El legado eterno: Aunque Grecia perdió su independencia política, su cultura, filosofía, arte y sistema democrático siguen siendo los pilares de nuestra civilización actual.