El sistema feudal: Una sociedad dividida en tres
Imagínate una sociedad donde no puedes cambiar tu posición social por mucho que te esfuerces. Así funcionaba el feudalismo, el sistema que dominó Europa entre los siglos X al XV. Este sistema organizaba completamente la vida de las personas: cómo vivían, a qué se dedicaban y cuánto poder tenían.
La clave del feudalismo estaba en los estamentos, que eran como "cajas" sociales cerradas. Nacías en una y ahí te quedabas para siempre, sin posibilidad de cambiar. Eran tres grupos muy diferentes: los que luchaban, los que rezaban y los que trabajaban.
La nobleza estaba en la cima de la pirámide social. Reyes, duques, condes y caballeros se dedicaban principalmente a la guerra y la caza. Lo más importante es que no solo no pagaban impuestos, sino que los cobraban a otros.
El clero incluía a todos los miembros de la Iglesia, desde el Papa hasta los monjes de los monasterios. Su función oficial era rezar por las almas de todos, pero también tenían mucho poder político y económico. Al igual que la nobleza, cobraban impuestos en lugar de pagarlos.
¡Dato curioso! El 95% de la población europea pertenecía al pueblo llano y mantenía económicamente a los otros dos estamentos.