La Restauración, Liberalismo y Nacionalismo
Tras la caída de Napoleón en 1815, las monarquías europeas intentaron volver al pasado durante la Restauración (1815-1848). El Congreso de Viena reorganizó Europa, devolviendo el poder a los reyes y nobles que habían perdido sus tronos.
En Francia volvió el rey Luis XVIII, mientras otros países intentaron borrar los cambios revolucionarios. Pero era imposible: las ideas de libertad ya habían calado en la gente y surgieron rebeliones y movimientos nacionalistas por toda Europa.
Durante esta época nacieron dos ideologías clave. El liberalismo defendía la libertad individual, la propiedad privada, el libre mercado y la democracia. Los liberales querían que el Estado tuviera un papel limitado en la economía y la vida personal.
El nacionalismo promovía que cada pueblo con cultura e idioma común debería tener su propio país. En Europa del este y central, ambas ideas se unieron: querían ser independientes Y democráticos.
Fíjate: En América Latina, liberalismo y nacionalismo se combinaron en las luchas de independencia, creando una identidad basada en el mestizaje y la lucha anticolonial.
A veces liberalismo y nacionalismo chocaban: los liberales querían estados centralizados y economía libre, mientras los nacionalistas preferían descentralización y proteccionismo local.