Ética y política tomista
La ética eudemonista de Tomás es súper práctica: todos buscamos la felicidad, pero hay dos caminos. La vía teórica busca la contemplación beatífica de Dios (como los santos), mientras que la vía del hábito desarrolla virtudes morales eligiendo buenas acciones con la razón.
Su sistema de leyes es como una pirámide: la Ley Eterna (gobierno divino del universo), la Ley Natural (participación humana libre en la ley eterna), y la Ley Positiva (leyes humanas o divinas específicas, como las de Moisés).
Políticamente, Tomás era revolucionario para su época: Estado e Iglesia son instituciones independientes y autónomas. El ser humano es social por naturaleza, y el Estado debe buscar el bien común. Aunque el poder temporal se subordina al religioso en temas morales, cada uno tiene su ámbito.
Esto lo distanciaba del agustinismo político que mezclaba todo el poder en manos religiosas.
💡 Importante: Esta separación de poderes influenció el pensamiento político occidental durante siglos.