El Racionalismo y el Empirismo representan dos corrientes filosóficas fundamentales que surgieron durante el siglo XVII, marcando un punto decisivo en la historia del pensamiento occidental. El Racionalismo, liderado por René Descartes (1596-1650), establece que la razón es la fuente principal del conocimiento verdadero, mientras que los sentidos pueden engañarnos.
Las principales aportaciones de Descartes incluyen su método de duda sistemática y su famosa máxima "cogito, ergo sum" (pienso, luego existo). El pensamiento de Descartes resumen se centra en cuatro reglas fundamentales: evidencia, análisis, síntesis y enumeración. Su filosofía revolucionó el pensamiento de su época, estableciendo las bases del método racionalista filosofía que influiría en generaciones posteriores. Entre los filósofos racionalistas más destacados que siguieron su línea de pensamiento se encuentran Spinoza y Leibniz.
Las diferencias entre racionalismo y empirismo son notables: mientras el racionalismo confía en la razón como fuente de conocimiento, el empirismo, desarrollado por pensadores como Locke y Hume, sostiene que todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial. Sin embargo, existen semejanzas entre el racionalismo y el empirismo en su búsqueda de la verdad y el conocimiento objetivo. El legado de estas corrientes filosóficas se extiende más allá de la filosofía, influyendo en el racionalismo arquitectura y el racionalismo arte, donde se privilegia la claridad, el orden y la razón sobre la emoción y la ornamentación excesiva. Las características del racionalismo incluyen la confianza en la matemática como modelo de conocimiento, la creencia en ideas innatas y la búsqueda de verdades universales y necesarias.