Sócrates: El Giro Ético de la Filosofía
Sócrates, ateniense de clase media y figura fundamental de la filosofía occidental, representó una reacción contra el relativismo sofista. Aunque no dejó escritos (conocemos su pensamiento a través de Platón), su vida y muerte se convirtieron en símbolos de integridad moral y búsqueda de la verdad.
A diferencia de los sofistas, Sócrates buscaba conceptos universales y definiciones válidas para todos. Su método, la mayéutica (inspirado en el oficio de su madre, partera), consistía en un diálogo guiado donde el maestro, mediante preguntas, ayudaba al discípulo a "dar a luz" conocimientos que ya poseía de forma innata. Este proceso comenzaba reconociendo la propia ignorancia ("solo sé que no sé nada").
Su antropología era dualista: el ser humano está compuesto de alma y cuerpo. El alma, inmortal y de naturaleza divina, contiene ideas innatas y permite alcanzar conocimientos verdaderos más allá de las informaciones sensoriales.
🧠 Concepto esencial: El "conócete a ti mismo" socrático no es una invitación al autoconocimiento psicológico moderno, sino a descubrir las verdades universales que habitan en nuestra alma.
La teoría ética de Sócrates, conocida como intelectualismo moral, identificaba conocimiento y virtud: quien conoce el bien, necesariamente lo practica. Para él, nadie obra mal voluntariamente, sino por ignorancia. Este planteamiento se oponía frontalmente al relativismo sofista, pues afirmaba la existencia de un Bien universal y conocible.
Acusado de impiedad y de corromper a la juventud, Sócrates prefirió la muerte al exilio, demostrando con su ejemplo que la integridad ética estaba por encima de la propia vida. Su legado estableció las bases de la filosofía platónica y de toda la tradición ética occidental.