Pasos para una Disertación Efectiva
El primer paso para una buena disertación es delimitar el problema. Debes acotar claramente el tema que vas a tratar, formulando preguntas específicas que te ayuden a organizarlo. Por ejemplo, si trabajas sobre la libertad, podrías preguntarte: "¿Es realmente libre el ser humano?" o "¿Qué determina nuestras elecciones?". También es importante definir los conceptos clave para evitar ambigüedades.
En la tesis, desarrollas los argumentos a favor de una postura. Respalda tus ideas con pruebas (datos estadísticos, opiniones de expertos, hechos históricos) y ejemplos que ilustren tus puntos. Recuerda que las pruebas dan solidez a tus argumentos mientras que los ejemplos los hacen más comprensibles, aunque una buena argumentación puede funcionar sin ejemplos.
La antítesis presenta los argumentos de la postura contraria, mientras que en la síntesis defiendes tu posición final, refutando los argumentos opuestos. En la conclusión resumes tu recorrido y las certezas alcanzadas, respondiendo claramente a la pregunta inicial. Finalmente, escribes la introducción, donde explicas el problema, mencionas brevemente las posturas y captas la atención del lector.
💡 Consejo práctico: Conecta el principio con el final de tu disertación. Si empezaste con una historia o anécdota, vuelve a referirte a ella en la conclusión para darle coherencia y circularidad a tu texto.