La filosofía antigua marca el comienzo del pensamiento racional y sistemático en la civilización occidental, surgiendo como una transición fundamental del paso del mito al logos. Este cambio representó un momento crucial donde el pensamiento humano evolucionó desde las explicaciones mitológicas hacia la búsqueda de respuestas basadas en la razón y la observación.
Los Filósofos de la Edad antigua establecieron las bases del pensamiento filosófico que conocemos hoy. Comenzando con los Filósofos de la filosofía presocratica, quienes se enfocaron en entender el origen y la naturaleza del universo, hasta llegar a las grandes escuelas filosóficas griegas, como la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles. Durante este período, surgieron las principales escuelas filosóficas que abordaron temas fundamentales como la ética, la metafísica y la epistemología. La filosofía helenística posteriormente expandió estos conceptos con escuelas como el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo, cada una ofreciendo diferentes perspectivas sobre la felicidad y la vida buena.
La transición hacia la Edad Media filósofos marcó un nuevo capítulo en la historia de la filosofía occidental, donde el pensamiento filosófico se entrelazó con la teología cristiana. Las características más destacadas de la filosofía medieval incluyen la búsqueda de la armonía entre fe y razón, el desarrollo de la escolástica y la reinterpretación de los textos clásicos griegos. Este período estableció las bases para el posterior desarrollo del pensamiento moderno y las escuelas de la filosofía moderna, demostrando cómo las ideas filosóficas evolucionan y se adaptan a diferentes contextos históricos y culturales.